Fuente: MICI
El Consejo de Gabinete aprobó la extensión por dos años del arancel aplicado al cemento gris importado, como una medida de protección a la industria nacional. Esta decisión brinda estabilidad, confianza y seguridad jurídica a las empresas del sector, incentivando la inversión y el mantenimiento del empleo en el país.
La acción fue adoptada en sesión presidida por el presidente de la República, José Raúl Mulino, y sustentada por el ministro de Comercio e Industrias, Julio Moltó, junto al viceministro de Industrias y Comercio, Eduardo Arango.
La iniciativa responde al interés del Gobierno Nacional en respaldar a la industria cementera panameña, que en diciembre pasado había recibido una protección provisional de seis meses. Su extensión por dos años se fundamenta en las solicitudes del Sindicato de Industriales de Panamá (SIP) y del sector cementero, que demostraron la necesidad de mantener esta salvaguardia.
El ministro Moltó explicó que esta decisión busca preservar los empleos actuales, asegurar los aportes fiscales y a la seguridad social, y dar continuidad a la inversión privada en el país. Actualmente, en Panamá operan cuatro empresas cementeras: Argos, Progreso, Cemex y Cemento Chagres, de las cuales tres son multinacionales y una de capital local.
Estas empresas generan aproximadamente 4,800 empleos directos e indirectos y proyectan invertir cerca de 100 millones de dólares en los próximos cinco años, lo que generaría 150 empleos directos adicionales y 650 indirectos.
De acuerdo con el Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares (SUNTRACS) y la Cámara Panameña de la Construcción (CAPAC), el cemento producido localmente mantiene uno de los precios más bajos y estables del mercado, gracias a la oferta nacional y al entorno competitivo del sector.
Actualmente, Panamá cuenta con una capacidad instalada de producción de 3.3 millones de toneladas anuales. En 2024, las ventas locales alcanzaron 1.2 millones de toneladas métricas, lo que confirma que el país tiene capacidad suficiente para cubrir la demanda interna.
Estadísticas recientes muestran que la producción nacional de cemento cayó -9.1% en 2024, y la utilización de la capacidad instalada disminuyó de 42.1% en 2023 a 38.3%, lo que refuerza el argumento de que no es necesario incrementar las importaciones.
En términos económicos, esta industria aportó en 2024 más de 31 millones de dólares en salarios anuales, generó 877 empleos directos y realizó contribuciones a la Caja del Seguro Social por 6.6 millones de dólares y al Impuesto Sobre la Renta por casi 2.5 millones de dólares.