Desde Panamá, Costa Rica y Colombia trabajan incansablemente para lograr el ordenamiento espacial marino y el aprovechamiento responsable de los espacios acuáticos y sus recursos 

Por: Thabata Molina

Se dice fácil, pero que una organización no gubernamental, dedicada a la protección y defensa de los mares, alcance la veintena de años, es, sin duda alguna un motivo de celebración, y es por eso que en esta oportunidad destacamos la labor de MarViva, una fundación que, desde Panamá, Costa Rica y Colombia ha trabajado durante las últimas dos décadas para proteger los océanos.

Magdalena Velázquez, gerente de Comunicaciones y Mercadeo de la fundación, explicó que desde Panamá trabajan sobre tres ejes fundamentales, que son: el ordenamiento del espacio marino para la protección de la fauna y los ecosistemas, evitar la contaminación de las aguas y fomentar el consumo responsable de las especies marinas.

Esta ONG, en su lucha por defender los espacios acuáticos marinos, insiste en la necesidad de educar a la población sobre temas tan importantes como el turismo, la observación de cetáceos, de manera adecuada y responsable en las aguas del Pacífico, el desecho indiscriminado de plásticos de un solo uso, que van a dar al mar, la pesca de especies que se encuentran en peligro, así como el consumo de otras especies que son nutritivas y no están en riesgo. 

“Todo nuestro trabajo y nuestras campañas están hechas con base en información con data científica, por lo tanto, cuando les hablamos de la contaminación, de cómo estos desechos van a parar al mar y terminan matando a especies y al final terminan en nuestros platos a través de los alimentos que consumimos, es porque hay estudios que así lo demuestran y de allí la importancia de la educación, para que todos conozcan de lo que se está hablando”, expresó la vocera de la fundación. 

MarViva, en su afán de promover la educación, desarrolló una aplicación para dispositivos móviles, que se encuentra disponible tanto para Android como para IOS, en la cual se puede conseguir información precisa sobre cuáles son las especies que preferiblemente se pueden consumir y cuáles son las que están en peligro, a través de una guía o semáforo que ofrece diferentes alternativas para el consumo. 

Velázquez explicó que es de gran importancia que las personas tomen conciencia, por ejemplo, a la hora de consumir el tan apetecible ceviche panameño, pues indicó que, en la mayoría de los casos, este plato lo elaboran con cazón, que es una especie de tiburón bebé, que es precisamente una de las especies que más riesgo corre, por lo complejo de su proceso reproductivo. 

“Nosotros le decimos a las personas siempre que pregunten qué tipo de pescado es y que se animen a probar otras especies, como el bagre, que físicamente no se ve muy bien, pero que es un pescado muy sabroso”, comentó la vocera de la ong en entrevista para Hub News. 

Y no solo se trata del consumo, sino del disfrute de los espacios marítimos. En Panamá, por ejemplo, una de las actividades que se promueve durante dos épocas del año es el avistamiento de ballenas jorobadas que viajan desde las aguas del norte y del sur para reproducirse y tener a sus crías en las aguas más cálidas del Pacífico panameño.

“Todos sabemos que es un espectáculo ver a las ballenas venir hasta estas aguas poco profundas y queremos disfrutarlo, pero debemos enseñarle a la gente que se debe hacer de manera responsable y pro eso es que nos empeñamos en dar las recomendaciones pertinentes, como que no acerquen las embarcaciones a menos de 250 metros del área donde esté estos animales, porque ellas se asustan. Normalmente están con sus crías, amamantándolos, enseñándoles a nadar y debemos ser cuidadosos”, explicó Velázquez. 

Para quienes se dedican a esta labor, el apoyo de los organismos públicos y privados es fundamental, para la promoción de sus campañas educativas, el acercamiento con los colectivos que trabajan y explotan los espacios acuáticos, así como con quienes promueven el turismo marino. Es por ello que desde MarViva trabajan de la mano con la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP), así como la Autoridad de Turismo, el Ministerio de Ambiente y la Asociación de Restaurantes de Panamá.

Dentro de todo el tema marino, son diversas las áreas a las que MarViva se empeña en ponerle especial atención, pues no solo se trata del tema de la contaminación de los mares, sino la preservación de sus ecosistemas y es por ello que han puesto especial atención al tema de la conservación de los manglares en las costas de Panamá. 

“No es que solo son áreas muy ricas en biodiversidad, sino que además son una barrera natural que nos protegerían en casos de tsunamis o crecidas de mareas. Es por esta y otras muchas razones que debemos estar atentos y evitar que las áreas de manglares sean arrasadas”, comentó la gerente de Comunicaciones de la fundación. Finalmente, entre lo asuntos que desde MarViva consideran que son una tarea pendiente para Panamá y las autoridades está la aplicación de penas ejemplarizantes para todas aquellas personas que desarrollen cualquier tipo de actividad ilegal en las aguas del Pacífico panameño, pues consideran que solo de esta manera es que la población tomará conciencia del impacto que la mano indiscriminada del hombre tiene sobre el mar y su biodiversidad.