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Del matraqueo, la foto y los discursos al trabajo real que Panamá necesita

Fuente: CCIAP

La Asamblea Nacional ya perdió mes y medio en matraqueo, fotos y discursos estériles, mientras el país sigue esperando respuestas. Ese tiempo muerto es un lujo que Panamá no puede darse. Ya se conformaron las comisiones y se nombraron las juntas directivas: basta de excusas, llegó la hora de trabajar en serio.

La Comisión de Presupuesto debe arrancar de inmediato con las vistas presupuestarias. No es un trámite más: es la herramienta para asegurar que el Presupuesto General del Estado se construya con transparencia, rendición de cuentas y con foco en las verdaderas prioridades del país. Este año quedó claro que, de haberse hecho con seriedad este proceso, probablemente no estaríamos hoy exigiendo la eliminación de jubilaciones especiales a magistrados de la Corte Suprema de Justicia, ni a los del Tribunal Electoral, jueces o magistrados de tribunales superiores. El país no puede seguir cargando privilegios insostenibles.

Todas las comisiones están llamadas a trabajar sin más dilación, legislando para la mayoría y no para unos pocos, sin caer en la rebusca política ni en intentos de amnistías que buscan beneficiar a individuos condenados o que sean condenados en casos emblemáticos de corrupción. Eso no es legislar: eso es traicionar la confianza de los ciudadanos.

Mientras tanto, proyectos cruciales siguen esperando. La revisión de la Ley 468 de intereses preferenciales es clave para la construcción y el acceso a la vivienda. La regulación del hospedaje turístico de corta estancia puede dinamizar turismo, comercio y servicios, además de generar ingresos al Estado. Y la discusión de la Ley General Anticorrupción junto con las reformas al Código Penal son pasos obligados si de verdad se quiere combatir la corrupción y devolver confianza a las instituciones.

El Reglamento Interno de la Asamblea también tiene que revisarse ya. No puede ser que se siga perdiendo tiempo con maniobras políticas mientras se paraliza el trabajo legislativo real. Esa deuda con la ciudadanía es impostergable. 

Panamá necesita una Asamblea funcional, productiva y responsable. Ya perdimos 45 días. No más negociaciones para controlar, repartir o bloquear. La única negociación que queremos es con el pueblo: leyes que beneficien a todos.

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